eyaculación precoz causas

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Abr

2025-04-06 23:29:45

La eyaculación precoz (EP) es una de las disfunciones sexuales masculinas más comunes, y puede afectar profundamente la vida íntima y emocional de un hombre. Se estima que hasta 1 de cada 3 hombres ha experimentado eyaculaciones más rápidas de lo deseado en algún momento​​. A pesar de lo frecuente que es, sigue siendo un tema rodeado de vergüenza y mitos, lo que dificulta que muchos busquen ayuda. La buena noticia es que la eyaculación precoz se puede tratar: existen estrategias efectivas –desde técnicas caseras y cambios de hábitos hasta terapias médicas especializadas– que ayudan a recuperar el control y disfrutar de relaciones sexuales plenas. En esta guía completa abordaremos qué es la eyaculación precoz, sus causas (psicológicas, físicas y de estilo de vida), cómo influye la alimentación y la condición física, su impacto en la vida del hombre, la duración normal de una relación sexual, criterios de diagnóstico, posibles tipos o niveles de EP, y todos los tratamientos disponibles en 2025. También exploraremos los últimos avances científicos e innovaciones, y mencionaremos a algunos especialistas internacionales destacados en el tratamiento de esta condición. Prepárese para una explicación detallada pero amigable, con información respaldada por fuentes médicas, para despejar todas sus dudas sobre la eyaculación precoz.

¿Qué es la eyaculación precoz?

La eyaculación precoz se define como la incapacidad persistente de controlar o retrasar la eyaculación el tiempo suficiente durante el acto sexual, de manera que ocurre antes de lo deseado y causa malestar en uno o ambos miembros de la pareja​. En términos simples, el hombre eyacula demasiado rápido, con mínima estimulación y antes de quererlo, a menudo antes (o apenas después) de la penetración vaginal. Como resultado, tanto él como su pareja pueden quedar insatisfechos y frustrados.

Tipos de eyaculación precoz: Los especialistas clasifican la EP en dos categorías principales: primaria (o de por vida), cuando el problema ha existido desde las primeras experiencias sexuales del hombre; y secundaria (o adquirida), cuando la dificultad aparece después de un período de funcionamiento sexual normal​. En la EP primaria, típicamente la eyaculación ocurre en menos de 1 minuto tras la penetración de forma casi constante desde la adolescencia​.

En la EP adquirida, el hombre antes podía controlar su eyaculación dentro de parámetros normales, pero por alguna razón comienza a eyacular rápidamente (por ejemplo, en menos de 3 minutos) en etapas posteriores de su vida sexual. Además, estudios recientes proponen otras variaciones, como la eyaculación precoz natural variable (episodios esporádicos de eyaculación rápida considerados dentro de la variabilidad normal) y la llamada eyaculación precoz subjetiva, en la que el tiempo de eyaculación puede ser normal pero el hombre siente que eyacula demasiado pronto​. En cualquier caso, el factor común es la falta de control voluntario sobre el reflejo eyaculatorio.

¿Qué tan común es? La EP es la disfunción sexual masculina más frecuente, afectando de manera crónica aproximadamente al 20–30% de los hombres a nivel mundial​. Incluso algunos estudios elevan la prevalencia eventual hasta 30–40% si se consideran episodios ocasionales​.

Es importante destacar que tener alguna eyaculación rápida ocasional es normal y no amerita un diagnóstico; se considera un problema clínico cuando es persistente y genera angustia. La EP ocurre en hombres de todas las edades, desde jóvenes inexpertos hasta adultos mayores, y puede presentarse tanto en relaciones estables como en encuentros casuales.

Síntomas principales: El síntoma cardinal de la eyaculación precoz es la incapacidad para retrasar la eyaculación el tiempo deseado durante la actividad sexual. En la práctica, esto suele traducirse en una eyaculación que ocurre muy pronto, casi siempre en menos de 3 minutos de penetración vaginal, y frecuentemente en ~1 minuto o menos en casos de EP primaria severa​.

Algunos hombres incluso eyaculan antes de la penetración o inmediatamente al comenzarla, especialmente en las formas más graves. Esta rapidez va acompañada por una sensación de falta de control: el hombre siente que no puede “aguantar” a pesar de sus esfuerzos. Como consecuencia, surgen frustración, vergüenza y ansiedad de anticipación antes del sexo, lo que puede llevar a evitar la intimidad​. También es común que la pareja experimente insatisfacción, ya que no se alcanza una estimulación suficiente para su propio disfrute. Con el tiempo, este cuadro genera baja autoestima, estrés en la relación y puede derivar en problemas emocionales como depresión o ansiedad en el hombre afectado.

Causas de la eyaculación precoz de la eyaculación precoz

No existe una sola causa para la eyaculación precoz; más bien es un problema multifactorial donde interactúan factores psicológicos, físicos (biológicos) y hábitos de vida. Durante décadas se pensó que la EP era solo psicológica, pero hoy sabemos que hay una combinación compleja de elementos involucrados​. A continuación, desglosamos las causas y factores de riesgo más comunes:

Causas psicológicas y emocionales

Diversos factores psicológicos pueden desencadenar o empeorar la eyaculación precoz​:

  • Ansiedad y estrés: La ansiedad de rendimiento es quizás la causa psicológica más frecuente. El hombre teme “quedar mal” o no satisfacer a su pareja, y esa ansiedad acelera involuntariamente el reflejo eyaculatorio. El estrés en general (problemas laborales, económicos, familiares) también puede dificultar la relajación durante el sexo y precipitar la eyaculación​. Irónicamente, tras algunos episodios de EP, muchos hombres desarrollan miedo al fracaso sexual, entrando en un círculo vicioso de ansiedad anticipatoria que perpetúa el problema.
  • Experiencias sexuales tempranas aprendidas: Hombres que en su adolescencia practicaron la masturbación de forma apresurada (por culpa, miedo a ser descubiertos, etc.) pueden haber condicionado su reflejo eyaculatorio a ser muy rápido​. Este “entrenamiento” involuntario en la juventud a veces se refleja más tarde en relaciones sexuales reales. Asimismo, vivencias negativas tempranas –como una educación sexual represiva o experiencias traumáticas (p. ej., abuso sexual)– pueden generar una relación ansiosa con la sexualidad que se manifiesta como EP​.
  • Sentimientos de culpa o vergüenza: Ideas negativas sobre el sexo pueden llevar al hombre a apresurar el coito de forma inconsciente. Por ejemplo, alguien con culpa por “estar haciéndolo” podría eyacular rápido casi como mecanismo para terminar pronto la situación​.
  • Problemas de pareja y comunicación: Las dificultades en la relación (conflictos, falta de confianza, resentimientos) pueden contribuir a episodios de EP​. Si con una pareja anterior no ocurría y con la actual sí, puede indicar tensiones específicas en esa dinámica. La falta de comunicación sobre preferencias sexuales o el miedo a hablar del problema también alimentan el ciclo de ansiedad.
  • Depresión y baja autoestima: Estados depresivos afectan el desempeño sexual en formas variadas. En algunos hombres deprimidos puede aparecer EP debido a baja concentración o impaciencia. A su vez, cada episodio de EP suele minar la autoestima, incrementando la inseguridad en encuentros posteriores​.
  • Psicosis u otros trastornos mentales graves: Aunque menos común, condiciones psiquiátricas mayores (esquizofrenia u otros trastornos psicóticos) podrían interferir en el control eyaculatorio, ya sea por la enfermedad en sí o por los medicamentos utilizados para tratarla. No obstante, suelen ser factores secundarios comparados con la ansiedad y el estrés.

En resumen, la mente juega un papel crucial. La anticipación nerviosa y la tensión emocional activan la rama simpática del sistema nervioso, acelerando el reflejo de eyaculación. Por eso muchas terapias se enfocan en reducir la ansiedad, mejorar la confianza y reeducar la respuesta sexual.

Causas físicas y biológicas de la eyaculación precoz

Varios factores biológicos o médicos pueden predisponer a la eyaculación precoz​:

  • Genética y neurotransmisores: Existe evidencia de una predisposición hereditaria en algunos casos de EP primaria. Estudios sugieren que ciertos hombres nacen con una sensibilidad neurológica mayor en el reflejo eyaculatorio. Por ejemplo, se han encontrado niveles inusuales de ciertos neurotransmisores cerebrales (como serotonina y dopamina) involucrados en la regulación de la eyaculación​. Un nivel bajo de serotonina o una recaptación demasiado rápida de ésta en el cerebro puede reducir el umbral para eyacular. De hecho, variaciones genéticas en los receptores o transportadores de serotonina se han asociado con EP en investigaciones recientes, lo que explicaría por qué tiende a darse en algunos familiares directos.
  • Desequilibrios hormonales: Un nivel anormal de hormonas masculinas o tiroideas puede influir. Por ejemplo, niveles bajos de testosterona (hormona sexual masculina) a veces se relacionan con menor control eyaculatorio​, aunque con más frecuencia la testosterona baja causa otros problemas (disminución de libido o erecciones). Más clara es la relación con la tiroides: el hipertiroidismo (tiroides hiperactiva) se ha vinculado con eyaculación más rápida de lo normal​. Un exceso de hormonas tiroideas acelera el metabolismo y puede aumentar la excitabilidad nerviosa, resultando en reflejos más rápidos (incluida la eyaculación)​. Curiosamente, el caso opuesto (hipotiroidismo) puede asociarse con eyaculación retardada. Por ello, ante EP de aparición súbita es pertinente descartar alteraciones tiroideas con un examen médico.
  • Problemas prostáticos o urológicos: Inflamación o infección de la próstata (prostatitis) y de la uretra pueden contribuir a EP​. La irritación crónica de estos órganos puede aumentar la sensibilidad local y disminuir el control. Algunos hombres con prostatitis presentan mejora de la eyaculación al tratar la infección. De igual modo, condiciones como la hiperplasia benigna de próstata (próstata agrandada) a veces conllevan cambios en la eyaculación, si bien suelen causar más comúnmente eyaculación débil o retrógrada antes que EP.
  • Sensibilidad elevada en el glande: Hay hombres fisiológicamente muy sensibles en el glande (la cabeza del pene). Esta hipersensibilidad, que puede ser constitucional o consecuencia de una frenillos corto/sensible, hace que la estimulación sexual dispare rápidamente la respuesta eyaculatoria. Algunos tratamientos médicos (como cremas anestésicas o incluso procedimientos quirúrgicos) buscan precisamente reducir la sensibilidad del glande para controlar la EP.
  • Disfunción eréctil oculta: Paradójicamente, problemas de erección pueden provocar EP refleja. ¿Cómo es esto? Si un hombre teme perder la erección por dificultad para mantenerla, puede apresurar el acto sexual y eyacular pronto antes de que se le baje la erección​. Esta conexión entre disfunción eréctil (DE) y EP es bastante común en EP adquirida: la ansiedad por el rendimiento eréctil desencadena eyaculaciones rápidas. Tratar la DE subyacente (por ejemplo, con medicamentos) a menudo mejora la duración del coito en estos casos​.
  • Otras condiciones médicas: Enfermedades neurológicas que afecten los reflejos (como neuropatías diabéticas) podrían influir en algunos casos, aunque suelen asociarse más con eyaculación retardada. También el síndrome de piernas inquietas y otros trastornos neurológicos han sido relacionados en algunos estudios. No hay que olvidar que ciertos medicamentos (no para EP sino para otras dolencias) pueden alterar la eyaculación: por ejemplo, fármacos para la depresión pueden retardarla, mientras que drogas estimulantes podrían acelerar la respuesta sexual.

En general, un chequeo médico completo es recomendable cuando la EP es persistente, para descartar causas orgánicas subyacentes. A veces tratando la causa médica (prostatitis, tiroides, etc.) se resuelve o mejora notablemente la eyaculación precoz​.

Hábitos de vida y factores conductuales

Más allá de causas estrictamente psicológicas o fisiológicas, ciertos hábitos cotidianos y estilo de vida pueden predisponer o exacerbar la EP:

  • Masturbación excesiva o apresurada: Como mencionamos, si desde joven el hombre se acostumbró a masturbarse muy rápido (por prisa, ansiedad o consumo compulsivo de pornografía), entrena a su cuerpo a lograr el clímax en poco tiempo. La masturbación crónica en modo “rápido” puede dificultar luego que en el sexo con pareja se aguante más. Por otro lado, hay quienes reportan que masturbarse justo antes del encuentro sexual (por ejemplo una o dos horas antes) puede ayudar a retrasar la segunda eyaculación, ya que disminuye la urgencia orgásmica momentáneamente (esta es incluso una técnica recomendada en algunos casos, como veremos más adelante)​.
  • Consumo de pornografía: Aunque ver porno no causa EP de manera directa en todos los casos, un consumo excesivo de pornografía puede acostumbrar al cerebro a una estimulación muy intensa y rápida para alcanzar el orgasmo. Además, muchos hombres se masturban rápidamente al ver porno, reforzando el patrón. También puede generar expectativas poco realistas sobre el rendimiento sexual, aumentando la ansiedad con parejas reales. En ciertos individuos, reducir el consumo de pornografía mejora la sensibilidad normal y el control.
  • Falta de sueño e insomnio: El cansancio físico y mental acumulado por malas noches de sueño puede alterar la respuesta sexual. Un cuerpo fatigado tiende a buscar una liberación rápida de tensión sexual, lo que podría facilitar la eyaculación precoz. Además, la falta de sueño aumenta los niveles de estrés y disminuye la capacidad de concentración, factores que dificultan controlar el reflejo eyaculatorio. Dormir lo suficiente y estar descansado ayuda a tener un mejor desempeño en general, incluyendo un sexo más duradero.
  • Sedentarismo y mala forma física: La condición física influye indirectamente en la sexualidad. Hombres con sobrepeso u obesidad a menudo tienen problemas hormonales (menos testosterona, más estrógenos) y cardiovasculares que afectan su rendimiento sexual. Aunque la obesidad suele asociarse más a disfunción eréctil, también puede haber mayor predisposición a EP por menor condición aeróbica y peor control muscular pélvico. Por el contrario, estar en buena forma mediante ejercicio regular mejora la circulación, el estado de ánimo y reduce la ansiedad, todos factores que ayudan a un mejor control sexual. Además, ciertos ejercicios fortalecen el músculo pubocoxígeo (base del pene), clave para controlar la eyaculación (hablaremos de los ejercicios Kegel más adelante).
  • Alcohol, tabaco y drogas: El consumo de alcohol en bajas dosis puede reducir la ansiedad y en algunos casos prolongar ligeramente el coito (debido a un efecto depresor del sistema nervioso); pero en general el exceso de alcohol es contraproducente. Mucho alcohol entorpece las sensaciones y puede causar pérdida de erección o, por el contrario, eyaculaciones descontroladas. Fumar tabaco crónicamente deteriora la circulación sanguínea, bajando el rendimiento sexual y pudiendo contribuir a DE (lo que, como vimos, puede derivar en EP refleja). Algunas drogas recreativas estimulantes (cocaína, anfetaminas) inicialmente aumentan la libido pero a la larga causan desregulación de la dopamina y serotonina, empeorando el control eyaculatorio y dañando la función sexual. Por su parte, marihuana en dosis altas puede disminuir la percepción temporal y podría retrasar la eyaculación en algunos, pero en otros genera ansiedad o desconexión. En resumen, para un tratamiento exitoso de EP se suele recomendar evitar o moderar alcohol, cigarrillos y drogas, ya que pueden interferir con las mejoras esperadas.
  • Alimentación inadecuada: Una dieta pobre en nutrientes, alta en azúcares refinados y comidas muy pesadas puede influir negativamente. Por ejemplo, excesos de azúcar favorecen picos de energía seguidos de bajones que afectan el rendimiento. Además, deficiencias de ciertos minerales o vitaminas (como zinc, magnesio, complejo B) pueden asociarse con menor calidad sexual. Aunque no es una causa directa, comer saludablemente es parte integral de mejorar cualquier función corporal, incluida la sexual. Más adelante profundizaremos en qué alimentos específicos ayudan o perjudican en la eyaculación precoz.

En síntesis, la eyaculación precoz rara vez tiene un solo desencadenante. En la mayoría de los hombres aparece por una combinación de predisposición biológica y factores psicológicos o de hábitos. Por ejemplo: un hombre puede tener cierta sensibilidad innata, que se ve agravada por ansiedad de rendimiento y por estar físicamente agotado o bajo estrés. Por eso, un enfoque integral que aborde mente y cuerpo es el camino más eficaz para superar la EP.

Impacto de la eyaculación precoz en la vida del hombre

La eyaculación precoz no es solo un tema de duración sexual; sus efectos se extienden al bienestar emocional, la relación de pareja e incluso a otros ámbitos de la vida. Las principales áreas afectadas son:

  • Relación de pareja y satisfacción sexual: La EP puede generar tensión en la pareja debido a la insatisfacción recurrente durante las relaciones sexuales​. La pareja del hombre con EP puede sentirse frustrada por no alcanzar el clímax o por la brevedad del acto, pudiendo pensar erróneamente que es falta de atracción o consideración. A su vez, el hombre puede evitar la intimidad por miedo a fallar, creando distancia emocional. Con el tiempo, si no se comunica abiertamente, el problema sexual puede erosionar la confianza y la compenetración de la pareja. Estudios señalan que la EP frecuente está asociada con menor satisfacción tanto para el hombre como para su compañera y es causa común de conflictos en la relación​. Sin embargo, es importante destacar que muchas parejas logran superar juntos esta dificultad con apoyo profesional, mejorando su comunicación y aprendiendo técnicas para disfrutar sin obsesionarse con el tiempo.
  • Autoestima y salud mental del hombre: Repetidos episodios de eyaculación precoz suelen minar la autoestima masculina. Culturalmente, se asocia la “hombría” o virilidad con el desempeño sexual, por lo que un hombre con EP puede sentirse menos competente o válido. Esto puede derivar en sentimientos de vergüenza intensa, humillación y culpa. No es raro que se desarrollen síntomas de ansiedad o incluso depresión como consecuencia​. La ansiedad a su vez empeora la EP, generando un ciclo negativo. En casos severos, el hombre puede llegar a evitar nuevas relaciones de pareja o situaciones sexuales por miedo al ridículo, aislándose socialmente. También puede surgir una sensación de pérdida de control que afecta su confianza en otras facetas de la vida.
  • Ámbito laboral y social: Indirectamente, los problemas emocionales derivados de la EP (ansiedad, irritabilidad, depresión) pueden impactar en el rendimiento laboral y en las interacciones sociales. Un hombre preocupado constantemente por su problema sexual puede estar distraído, estresado o con el ánimo bajo en el trabajo. La falta de autoestima podría inhibirlo en reuniones sociales o hacerle evitar salir con posibles parejas. Aunque no es un efecto directo, la carga psicológica de la EP puede “contaminar” la calidad de vida global si no se aborda a tiempo.
  • Intimidad y calidad de vida sexual: La EP impide que la pareja disfrute plenamente de la experiencia sexual, no solo por la duración en sí, sino porque introduce miedo e inseguridad en la cama. Muchos hombres con EP refieren que dejan de enfocarse en las sensaciones placenteras para centrarse obsesivamente en “no venirse rápido”, lo cual paradójicamente les hace perder el control. Esta falta de espontaneidad reduce la satisfacción general del encuentro. Además, la EP puede limitar ciertas prácticas: por ejemplo, algunos evitan el juego previo prolongado o ciertas posiciones por temor a eyacular antes. Todo esto reduce la variedad y plenitud de la vida sexual.
  • Fertilidad: En casos extremos, la eyaculación tan temprana (por ejemplo, antes de la penetración o inmediatamente al inicio) puede dificultar lograr un embarazo, ya que el semen podría no depositarse adecuadamente en la vagina​. Si una pareja busca concebir, la EP severa podría requerir asistencia (como técnicas de reproducción asistida) si no se logra controlar. No obstante, en la mayoría de los casos la EP no impide la fertilidad, pues mientras haya penetración con eyaculación intravaginal, aunque sea precoz, es posible fecundar (de hecho, algunos hombres con EP logran embarazos rápidamente dado que eyaculan pronto dentro).

En conclusión, la eyaculación precoz condiciona significativamente la calidad de vida. No se trata solo de minutos de diferencia en el coito, sino de cómo ese descontrol impacta la confianza, la satisfacción mutua y la armonía emocional. Por fortuna, al tratar la EP exitosamente, suele mejorar no solo la esfera sexual sino también la autoestima del hombre y la cercanía con su pareja, reduciendo el estrés asociado.

Influencia de la alimentación y estilo de vida en la eyaculación precoz

Nuestra dieta y hábitos saludables (o poco saludables) desempeñan un rol en prácticamente todos los aspectos de la salud, y la función sexual no es la excepción. Si bien la eyaculación precoz no se “cura” únicamente comiendo algo específico, llevar una alimentación adecuada y un estilo de vida sano puede mejorar el control eyaculatorio de varias maneras: desde reducir la ansiedad hasta optimizar la circulación y niveles hormonales. Veamos en detalle cómo influye la alimentación y qué recomendaciones existen:

Alimentos que ayudan a combatir la eyaculación precoz

Diversos alimentos y nutrientes pueden contribuir positivamente al control de la eyaculación, ya sea mejorando la química cerebral (reduciendo ansiedad o aumentando neurotransmisores del bienestar) o potenciando la salud sexual general. Entre los alimentos recomendados comúnmente encontramos:

  • Avena: Este cereal es rico en triptofano, un aminoácido que el cuerpo utiliza para producir serotonina (neurotransmisor clave en la regulación del estado de ánimo y el reflejo eyaculatorio). Consumir avena regularmente puede ayudar a mantener estables los niveles de serotonina y reducir la ansiedad​. Además, la avena aporta fibra y carbohidratos complejos que favorecen el sistema nervioso, manteniendo la energía de forma equilibrada​. Un tazón de avena en el desayuno (por ejemplo con leche o yogur) es una buena idea para quienes sufren EP.
  • Plátano (banana): Es conocido como un “antidepresivo natural” del cerebro por su alto contenido en triptófano y en vitaminas del complejo B. Los plátanos favorecen la producción de serotonina y dopamina, ayudando a mejorar el estado de ánimo y a disminuir la ansiedad​. Un estado mental más relajado se traduce en mayor control sexual. Además, el plátano contiene potasio y otros nutrientes que benefician la salud muscular y nerviosa.
  • Sandía y melón: Estas frutas son ricas en citrulina y licopeno, compuestos que favorecen la circulación sanguínea y la salud cardiovascular​. La sandía en particular ha sido llamada “viagra natural” por su efecto vasodilatador que puede mejorar las erecciones​. Si bien la EP no es un problema de erección, una mejor circulación en la región pélvica optimiza todas las funciones sexuales y puede contribuir a un mayor control. Además, tener erecciones más firmes suele dar más confianza y reduce la ansiedad de rendimiento (que como vimos influye en la EP).
  • Mariscos (ostras, camarones, etc.): Los mariscos son tradicionalmente considerados afrodisíacos, en parte por su alto contenido de zinc. El zinc es un mineral crucial para la producción de testosterona y la salud sexual masculina​. Niveles adecuados de testosterona ayudan a mantener la libido normal y la función sexual equilibrada. Las ostras, en particular, aportan mucho zinc y dopamina, lo que puede mejorar el deseo sexual y el ánimo. Aunque el impacto del zinc es más notorio en la calidad espermática y la libido, una buena función sexual integral podría ayudar a controlar mejor la eyaculación. Consumir mariscos (ostras, mejillones, camarones) de vez en cuando, si la dieta y el presupuesto lo permiten, puede ser beneficioso.
  • Apio: Por sorprendente que parezca, el apio es recomendado en algunos casos por contener compuestos como la androsterona y el androstenol, que son precursores hormonales relacionados con la atracción sexual​. Se cree que el apio crudo podría aumentar ligeramente feromonas masculinas y también tiene un efecto relajante leve. En cualquier caso, es un vegetal saludable que agrega vitaminas y antioxidantes. Se ha dicho coloquialmente que el apio ayuda a coitos más largos​, posiblemente por sus efectos moduladores hormonales.
  • Infusiones relajantes (tila, manzanilla, pasiflora): No son “alimentos” sólidos, pero vale la pena mencionarlas. Hierbas como la tila (flor de tilo), la manzanilla y la pasiflora (flor de la pasión o maracuyá) tienen propiedades ansiolíticas naturales​. Beber una infusión de tila o manzanilla antes de un encuentro íntimo puede ayudar a disminuir la tensión nerviosa. La pasiflora (se puede tomar como infusión de maracuyá) es conocida por sus efectos sedantes suaves que reducen la ansiedad y favorecen la relajación, lo cual podría prolongar el tiempo hasta la eyaculación​. Estas infusiones son opciones seguras para calmarse sin efectos secundarios de medicamentos.
  • Arándanos y otras frutas rojas: Los arándanos destacan por su capacidad de mejorar la circulación sanguínea y relajar los vasos sanguíneos gracias a sus antioxidantes (flavonoides)​. Esto beneficia la función eréctil y la salud vascular. Indirectamente, tener un sistema circulatorio sano ayuda a que los mecanismos sexuales funcionen de forma óptima. Otras frutas rojas como fresas, cerezas y granada también aportan antioxidantes; en particular, el zumo de granada ha demostrado aumentar ligeramente los niveles de testosterona y mejorar el deseo sexual en estudios​, lo que puede mejorar la confianza sexual.
  • Frutos secos (nueces, almendras): Son ricos en selenio, magnesio y ácidos grasos omega-3. El selenio y el magnesio contribuyen al buen funcionamiento nervioso y al estado de ánimo estable, mientras que los omega-3 ayudan a la circulación y producción de neurotransmisores. Un puñado de nueces o almendras al día puede apoyar la salud sexual global. Además, las nueces están asociadas con mejor calidad de esperma y función endotelial, aspectos que aunque no afectan directamente la eyaculación, sí son indicadores de salud sexual.

En resumen, una dieta equilibrada y rica en nutrientes favorecerá siempre un mejor rendimiento sexual. Priorizar frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras (pescados, aves) y frutos secos proporciona al organismo las herramientas necesarias para regularse adecuadamente. Varios de los alimentos mencionados (avena, plátano, mariscos, sandía) actúan reduciendo la ansiedad o mejorando factores fisiológicos que, combinados, ayudan a retrasar la eyaculación de forma natural.

Alimentos y sustancias a evitar

Así como hay alimentos beneficiosos, también existen comidas y sustancias que conviene limitar o evitar cuando se busca combatir la eyaculación precoz:

  • Azúcares refinados y carbohidratos simples en exceso: Un consumo alto de azúcar (golosinas, refrescos, postres muy dulces) provoca subidas y bajadas bruscas de glucosa en sangre. Esto puede contribuir a estados de nerviosismo o fatiga repentinos. Los “picos de azúcar” pueden dar energía rápida pero seguida de un bajón que afecta el estado de ánimo y la concentración​. Mantener estables los niveles de azúcar mediante una dieta con carbohidratos complejos (granos integrales) es preferible para evitar irritabilidad o ansiedad exacerbada que pudieran desencadenar EP. Además, el sobrepeso derivado de exceso de azúcares afecta la salud sexual, como mencionamos anteriormente.
  • Comidas muy grasosas o copiosas antes del sexo: Una cena abundante, muy grasa o pesada (comida rápida, frituras, etc.) antes de un encuentro íntimo puede disminuir el rendimiento. La sangre se concentra en la digestión y uno se siente aletargado. Esto puede traducirse en menor control y sensaciones menos placenteras. Es recomendable no tener el estómago ni vacío ni demasiado lleno antes del sexo. Una digestión pesada también puede hacer que se busque terminar rápido por incomodidad.
  • Exceso de alcohol: Si bien una copa de vino u otra bebida alcohólica en baja cantidad puede relajar, el abuso de alcohol perjudica la respuesta sexual. Un hombre ebrio puede experimentar tanto pérdida parcial de erección como eyaculación sin control claro. Además, a largo plazo el alcohol deprime el sistema nervioso y altera niveles hormonales (disminuyendo testosterona). Por ello, en el tratamiento de EP se aconseja moderar o evitar beber en exceso, especialmente justo antes del acto sexual, ya que emborracharse no es una solución para durar más (y podría empeorar las cosas)​.
  • Nicotina y cafeína en exceso: La nicotina del tabaco tiene un efecto vasoconstrictor que reduce la circulación periférica, lo cual no favorece la función sexual. Fumar también aumenta ansiedad en cuanto se pasa el efecto inicial. La cafeína, por su parte, en dosis moderadas puede mejorar el estado de alerta, pero tomada en exceso (varias tazas de café muy cargado o bebidas energéticas) puede generar taquicardia y ansiedad. Un individuo sobre estimulado por cafeína podría tener más dificultad para controlar sus reflejos. Lo ideal es consumir cafeína con moderación y evitar las bebidas energéticas muy azucaradas antes del sexo.
  • Comidas que causan malestar gastrointestinal: No está de más recordar que cualquier alimento que a uno le provoque malestar, acidez o gases debe evitarse antes del sexo, ya que la incomodidad física puede distraer y desear acabar pronto. Por ejemplo, si a alguien le cae mal el picante o la comida muy condimentada, mejor reservarla para otro momento.

En general, evitar excesos y mantener una dieta balanceada es la mejor recomendación. Una frase útil es: “bueno para el corazón, bueno para la cama”. Todo lo que beneficie tu sistema cardiovascular, tu equilibrio hormonal y tu salud mental, beneficiará tu desempeño sexual.

Ejercicio, peso y estado físico

Hemos mencionado ya que el sedentarismo y la obesidad pueden influir negativamente. Aquí ampliamos ese punto: llevar un estilo de vida activo y mantener un peso saludable mejora considerablemente las condiciones para controlar la eyaculación. El ejercicio físico regular tiene múltiples efectos beneficiosos:

  • Regula hormonas y neurotransmisores: La actividad física libera endorfinas (que mejoran el estado de ánimo) y ayuda a regular cortisol y adrenalina (hormonas del estrés). También puede aumentar la testosterona de forma natural. Esto se traduce en menos ansiedad y mejor humor, combatiendo una de las causas principales de EP.
  • Mejora la resistencia y el control muscular: El ejercicio aeróbico (correr, nadar, ciclismo) mejora la resistencia cardiovascular, lo que ayuda a aguantar mejor la intensidad de la relación sexual sin fatigarse. Además, ciertos ejercicios de fuerza fortalecen el suelo pélvico y los músculos involucrados en la respuesta sexual. Por ejemplo, entrenar la zona del core y realizar ejercicios de Kegel (veremos enseguida cómo hacerlos) tonifica el músculo pubocoxígeo, clave para controlar la salida del semen. Un músculo PC fuerte permite “contener” la eyaculación con más eficacia.
  • Reduce el sobrepeso: Perder exceso de grasa abdominal mejora la función endotelial (de los vasos sanguíneos) y la sensibilidad a la insulina, evitando picos de azúcar. También suele aumentar la autoestima al sentirse más en forma. Los hombres con peso adecuado tienden a tener menos problemas sexuales que los obesos. De hecho, un estudio halló que una dieta saludable combinada con ejercicio en hombres con sobrepeso mejoró varias disfunciones sexuales en pocos meses.
  • Mejora el sueño: El ejercicio ayuda a dormir mejor y un buen descanso, como vimos, es importante para un desempeño sexual óptimo.

Por todo ello, dentro de los tratamientos naturales para la EP siempre se incluye la recomendación de hacer ejercicio regularmente (al menos 30 minutos de actividad moderada la mayoría de días) y mantener un IMC saludable. Incluso actividades como el yoga, tai-chi o Pilates pueden ser útiles, ya que combinan fortalecimiento muscular con técnicas de respiración y relajación, combatiendo a la vez la causa física y mental.

¿Cuánto dura un hombre con eyaculación precoz y cuánto debería durar normalmente?

Una pregunta frecuente es cuánto tiempo de penetración se considera “normal” y en qué punto hablamos de eyaculación precoz. La respuesta no es absoluta, pues hay variabilidad individual, pero los estudios científicos y las definiciones médicas nos dan rangos orientativos:

Duración típica en eyaculación precoz: Por definición, un hombre con EP suele eyacular casi siempre en 1 a 3 minutos o menos tras la penetración vaginal​. En casos de EP primaria severa, la eyaculación ocurre alrededor de 1 minuto o incluso antes de la penetración (durante los preliminares)​.

Muchas entidades, como la Sociedad Internacional de Medicina Sexual (ISSM), usan el criterio de ~1 minuto de latencia intravaginal como indicativo de EP de por vida​. Es decir, si habitualmente no se supera el minuto de coito antes de eyacular y esto causa angustia, se considera eyaculación precoz. Para EP adquirida (secundaria), se suele considerar un umbral un poco mayor –alrededor de 3 minutos o menos– especialmente si antes el hombre duraba significativamente más​. En resumen, duraciones de 30 segundos a 2 minutos son típicas en hombres con EP, dependiendo de la severidad.

¿Cuánto debería durar una relación sexual normalmente? No existe un “debería” rígido, pero se han hecho estudios para determinar el promedio y la percepción de duración adecuada:

  • Un estudio multinacional clásico (liderado por el Dr. Marcel Waldinger) midió con cronómetro el tiempo de penetración hasta la eyaculación en parejas de distintos países. Encontró que el tiempo promedio de coito fue de 5.4 minutos (aproximadamente)​. Hubo variaciones por edad y país: por ejemplo, parejas jóvenes (18-30 años) promediaron ~6.5 minutos, mientras que mayores de 50 años promediaron ~4.3 minutos​. Turquía resultó tener un promedio algo menor (~3.7 min) y otros países un poco más alto​. En general, la mayoría de hombres sin EP duran entre 4 y 8 minutos en la penetración.
  • Otra investigación interesante preguntó a expertos en sexualidad y a parejas qué consideraban duraciones sexuales “adecuadas” o “insatisfactorias”. El consenso fue que un coito “adecuado” está entre 3 y 7 minutos, y un coito “deseable” entre 7 y 13 minutos. Se consideró “muy corto” durar 1 a 2 minutos (lo cual calificaría como EP en muchos casos) y “muy largo” durar más de 10 a 30 minutos (lo cual podría indicar el problema opuesto o simplemente fatiga)​. En otras palabras, durar menos de 2 minutos se ve claramente como insuficiente por la mayoría, mientras que con alrededor de 5 minutos de penetración continua ya se estaría en la franja normal promedio​.

Cabe destacar que estas mediciones se refieren al tiempo de latencia eyaculatoria intravaginal (IELT), es decir, el tiempo desde que el pene entra en la vagina hasta que el hombre eyacula. No contabilizan los juegos previos ni otros aspectos. La satisfacción sexual no depende solo del reloj; hay parejas que con 3 minutos de coito y buenos juegos previos quedan satisfechas, y otras que con 10 minutos pueden no estarlo si la calidad del encuentro es pobre. Sin embargo, clínicamente se usa el criterio de tiempo como referencia objetiva.

En resumen: Un hombre sin problemas suele durar alrededor de 5-6 minutos en la penetración (promedio)​, y cualquier duración entre 3 y 10 minutos podría considerarse dentro de rangos normales o al menos aceptables para la mayoría de parejas. Un hombre con eyaculación precoz, en cambio, típicamente alcanza el orgasmo en menor de 2 minutos, muchas veces cerca del minuto o menos, sin poder prolongarlo​. Por eso, si casi siempre se eyacula antes de 2 minutos de coito y hay insatisfacción, es muy probable que estemos ante un caso de EP que merece atención profesional.

(Nota: La duración ideal es relativa a cada pareja. Lo importante es que ambos queden satisfechos. Si alguien eyacula en 2 minutos pero logra que su pareja alcance orgasmo en ese lapso o mediante otras estimulación, puede que no lo vivan como problema. Aquí hablamos de promedios y criterios clínicos.)*

Criterios médicos para diagnosticar EP: Además del tiempo, los médicos consideran otros aspectos para diagnosticar oficialmente la eyaculación precoz. Según estándares como el DSM-5 y la ISSM, se requiere que la situación de eyaculación rápida ocurra en casi todos o todos los encuentros sexuales (aprox. 75-100%) por al menos 6 meses, y que cause angustia significativa al individuo o a la pareja​. Es decir, no basta con un par de episodios aislados; debe ser una pauta persistente. También se valora la falta de control percibida: si el hombre siente que no puede postergar el orgasmo casi nunca, cuenta como síntoma importante​.

Por último, se descarta que se deba exclusivamente a efectos de sustancias o a otra disfunción sexual primaria (por ejemplo, si la eyaculación rápida ocurre solo cuando hay una erección débil, podría ser secundaria a la DE).

En una consulta, el médico o sexólogo suele preguntar la duración aproximada, desde cuándo sucede, en qué circunstancias (siempre, con ciertas parejas, etc.), el grado de malestar que causa y si existe algún factor asociado. A veces se pide llevar un diario o cronometrar algunos encuentros para tener una medida objetiva del IELT. También se evalúa la salud general para descartar causas físicas (con análisis hormonales, tiroideos, examen de próstata, etc., si se sospechan)​.

Tipos y grados de eyaculación precoz

Ya mencionamos los tipos principales (primaria vs secundaria) y algunas subcategorías especiales (EP natural variable, EP subjetiva). Otra forma de diferenciar la eyaculación precoz es por su grado de gravedad. Si bien no existe una clasificación universalmente estandarizada por “niveles”, algunos especialistas utilizan criterios de duración y control para graduar la severidad:

  • Eyaculación precoz leve: Ocurre cuando el hombre logra aguantar unos pocos minutos (por ejemplo 2-3 minutos) pero menos de lo deseado. Podría encajar aquí casos donde la eyaculación se produce entre ~3 y 8 minutos tras iniciar el coito​, pero con sensación de falta de control. Es un grado más moderado y a veces pasa desapercibido clínicamente (porque 3-5 min puede considerarse normal “adecuado”, aunque el individuo lo quiera más largo). Suele asociarse a ansiedad manejable o estrés ocasional, y a hombres que en el pasado tenían buen control pero han notado disminución​. Por lo general responde bien a técnicas sencillas y es más fácil de tratar.
  • Eyaculación precoz moderada: En este nivel, la latencia eyaculatoria es muy corta (alrededor de 1 minuto, quizás hasta 2) de forma frecuente. El impacto en la pareja es mayor y el varón se siente frustrado regularmente. Si no se aborda, podría agravarse. Algunos autores llaman “grado 2” a cuando la EP persiste pese a intentar medidas básicas, evidenciando que requiere tratamiento más enfocado​.
  • Eyaculación precoz severa: Corresponde a casos donde la eyaculación ocurre justo al comenzar la penetración o incluso antes de ella (durante juegos previos o al intentar la penetración)​. Es sumamente difícil de controlar y genera un gran impacto psicológico. Hombres en este grado (a veces denominado “grado 3” o “4” en algunas clasificaciones) tienden a sentirse muy afectados mentalmente​; pueden desarrollar incluso evitación de las relaciones sexuales. Suele ser propio de EP primaria profunda. Aquí la ayuda profesional es imprescindible, posiblemente combinando terapia y farmacología.
  • Eyaculación precoz crónica generalizada: Sería equivalente al grado más alto, donde la EP está presente desde siempre en toda situación sexual, afectando “todos los aspectos de la vida del paciente”​. Algunos lo equiparan al grado 4 que requiere tratamiento farmacológico continuo y apoyo psicológico intenso.

Estas graduaciones (leve, moderada, severa) ayudan a guiar el tratamiento. Por ejemplo, una EP leve ocasional tal vez mejore solo con técnicas de relajación y Kegel, mientras que una severa casi seguro requerirá medicación para lograr progreso. En cualquier caso, sea cual sea el grado, es importante consultar a un especialista (urólogo, andrólogo o sexólogo)​, ya que con guía adecuada incluso los casos severos tienen solución o al menos mejora significativa.

Lifelong vs adquirida: Recalcamos también esta distinción: la EP de por vida (permanente) suele ser más genética y constante (desde el debut sexual, IELT <1 min siempre)​, mientras que la EP adquirida aparece tras un período normal, a menudo por alguna causa identificable (estrés, problemas de pareja, prostatitis, etc.). La adquirida a veces puede revertirse tratando la causa (por ejemplo, al mejorar la relación o curar la infección de próstata). La primaria permanente puede requerir más reeducación del reflejo y medicación.

EP situacional: Un apunte: hay hombres que solo presentan EP con cierta pareja o en ciertas circunstancias (por ejemplo, con una nueva pareja que les genera mucha excitación o ansiedad, pero no con una pareja estable anterior). Esto se llama EP situacional y sugiere un fuerte componente psicológico o específico de la dinámica sexual presente​.

El tratamiento en esos casos puede centrarse en terapia de pareja, mejorar confianza o manejar la ansiedad situacional.

En resumen, identificar el tipo (primaria vs secundaria) y severidad de la EP en cada caso ayuda a personalizar el manejo. Pero independientemente de las etiquetas, si la eyaculación rápida es persistente y problemática, merece atención médica. No importa si alguien la considera “leve”, si para el paciente es una molestia, vale la pena tratarla antes de que cause más impacto emocional.

Diagnóstico médico de la eyaculación precoz

Cuando un hombre acude al médico por posible EP, el proceso diagnóstico suele incluir:

  • Historia clínica detallada: El especialista hará preguntas sobre los tiempos estimados de eyaculación, desde cuándo ocurre, con qué frecuencia, en qué contextos (todas las parejas o solo con algunas), cuánto le afecta emocionalmente, etc. También preguntará sobre otros aspectos sexuales (libido, erecciones, orgasmos) y posibles antecedentes médicos (problemas de tiroides, próstata, uso de medicación, consumo de drogas). La entrevista sexual es fundamental para determinar si se cumplen los criterios diagnósticos (latencia breve + falta de control + malestar significativo)​. A veces se usa un cuestionario estandarizado o se pide al paciente que intente cronometrar su IELT en algunos encuentros para tener datos orientativos.
  • Examen físico y pruebas: El médico (usualmente un urólogo o un andrólogo) realizará un examen físico general y genital. Evaluará el estado del pene (por ejemplo, si hay frenillo corto o lesiones), el tono del músculo del piso pélvico, y palpará la próstata mediante tacto rectal para ver si hay dolor o inflamación. Dependiendo de la sospecha, puede solicitar análisis de sangre: un perfil hormonal (testosterona libre y total, prolactina) para ver si hay desequilibrios, y pruebas tiroideas (TSH, T4 libre) dado el vínculo entre tiroides y EP​. Si hay síntomas sugerentes, quizá un examen de orina o semen para descartar infección prostática. Estas pruebas ayudan a descartar causas orgánicas. La mayoría de jóvenes con EP primaria tendrán exámenes normales, pero en EP adquiridas en mayores se puede encontrar, por ejemplo, hipertiroidismo o prostatitis, cuya corrección es parte del tratamiento.
  • Evaluación psicológica/sexológica: Dado el componente mental fuerte, puede ser útil la valoración por un psicólogo o sexólogo clínico. Este profesional explorará la historia sexual del paciente, su nivel de ansiedad, posibles traumas o creencias limitantes sobre el sexo, calidad de la comunicación con la pareja, etc. Identificar factores psicológicos permitirá delinear la terapia adecuada (como terapia cognitivo-conductual, de pareja, etc.). Muchos médicos trabajan en conjunto con un psicólogo sexual para abordar todas las aristas. Si el paciente muestra signos de depresión o trastornos de ansiedad, puede ser derivado para tratar esos problemas en paralelo, pues al mejorar la salud mental es más fácil resolver la EP.

No existen exámenes de laboratorio específicos que “digan” si alguien tiene EP; el diagnóstico es fundamentalmente clínico, basado en los síntomas reportados y la experiencia subjetiva de falta de control. Por ello es clave la comunicación abierta con el médico, sin ocultar detalles por vergüenza. Vale la pena recordar que la eyaculación precoz es muy común y los profesionales de la salud están acostumbrados a tratarla, así que el paciente no debe temer juicio o burla – al contrario, al hablarlo abiertamente empieza el camino de solución.

En ocasiones, tras la evaluación inicial, el especialista podrá clasificar mejor el tipo de EP (primaria vs secundaria, situacional vs generalizada) y la severidad, lo que guiará las opciones terapéuticas.

¿A qué profesionales acudir? Generalmente el primer punto de consulta puede ser el médico general o de cabecera, quien luego deriva a un urólogo (especialista en aparato genitourinario masculino) o a un sexólogo/terapeuta sexual. Muchos urólogos tienen formación en salud sexual; también existen andrólogos (urólogos especializados en sexualidad masculina) que tratan disfunciones como EP y disfunción eréctil. Por el lado psicológico, un psicólogo clínico o psiquiatra especializado en sexología puede ofrecer terapia. Lo ideal en casos moderados a severos es un enfoque multidisciplinario, donde un urólogo y un terapeuta sexual trabajen en conjunto para abordar tanto lo físico como lo emocional​. En países desarrollados suelen haber clínicas de salud sexual donde un equipo (urólogo, psicólogo, endocrino) evalúa integralmente. En cualquier caso, tanto un urólogo (para descartar problemas médicos y recetar fármacos si hacen falta) como un sexólogo (para técnicas y terapia) pueden ser de gran ayuda.

Tratamientos para la eyaculación precoz

La buena noticia para quienes sufren eyaculación precoz es que existen numerosos tratamientos efectivos. En 2025, el enfoque de tratamiento es generalmente combinado y personalizado, abordando las causas específicas de cada paciente. Las principales opciones incluyen: terapias conductuales (ejercicios y técnicas de control), terapia psicológica/sexológica, tratamientos médicos farmacológicos, y en algunos casos dispositivos o procedimientos médicos. A continuación exploramos cada categoría.

Técnicas y ejercicios conductuales para retrasar la eyaculación

Son métodos prácticos que el propio paciente (a veces con ayuda de su pareja) puede realizar para aprender a controlar mejor su reflejo eyaculatorio. Algunas de las técnicas clásicas y comprobadas incluyen:

  • Ejercicios de Kegel (fortalecimiento del suelo pélvico): Los ejercicios Kegel consisten en contraer repetidamente los músculos del piso pélvico (los mismos que usarías para cortar la orina a mitad de micción). Fortalecer estos músculos –especialmente el músculo pubocoxígeo (PC)– mejora el control sobre la eyaculación, ya que estos músculos intervienen en la expulsión del semen. ¿Cómo hacer Kegels?​. Primero debes identificar el músculo correcto: al ir al baño intenta interrumpir el chorro de orina; el músculo que usas para eso es el PC. Una vez localizado, vacía la vejiga y siéntate o recuéstate cómodo. Luego, contrae el músculo como si quisieras detener orina o evitar gas, mantén la contracción alrededor de 5 segundos, y después relaja completamente otros 5 segundos​. Repite esta secuencia de contracción-relajación 10 a 15 veces por sesión, unas 3 veces al día​. Con la práctica, podrás aguantar las contracciones hasta 10 segundos a medida que el músculo se fortalece. Es importante respirar con normalidad (no contener la respiración) y evitar contraer muslos o glúteos –solo el suelo pélvico. Tras varias semanas de constancia, la tonicidad mejorada del PC te permitirá contraerlo voluntariamente durante el coito cuando sientas que estás cerca del orgasmo, ayudando a posponer la eyaculación. Estudios muestran que hombres con EP que hicieron Kegels diarios por 2-3 meses lograron prolongar significativamente su IELT​. Tip: Puedes hacer Kegels en casi cualquier situación (sentado en la oficina, manejando, etc.) porque nadie nota la contracción, así que incorpóralos en tu rutina.
  • Técnica de “parar y seguir” (stop-start): Es una de las más difundidas, introducida por el Dr. Semans en los años 1950 y popularizada luego. Consiste en, durante la estimulación sexual (ya sea masturbándote o con tu pareja), detener toda estimulación justo antes del “punto de no retorno” –es decir, cuando sientes que el orgasmo es inminente– y esperar a que baje un poco el nivel de excitación​. Una vez se haya aplazado la urgencia, reanudan la estimulación y repiten este ciclo varias veces antes de finalmente permitir la eyaculación. En el coito, esto se traduce en detener los movimientos penetrativos o salir unos segundos cuando estés a punto, respirar profundamente hasta calmar la sensación, y luego continuar. Practicar esta técnica 2-3 veces por semana puede entrenar tu cuerpo para acostumbrarse a estímulos prolongados sin disparar el reflejo inmediatamente​. Es básicamente enseñar al organismo a tolerar niveles altos de excitación por más tiempo.
  • Técnica de la compresión (“squeeze”): Desarrollada por Masters & Johnson en los años 1970, es similar a la anterior, pero añade una maniobra adicional. Cuando el hombre siente que va a eyacular pronto, además de detener la estimulación, él o su pareja aprietan con la mano firmemente el pene justo debajo del glande (la cabeza), en la unión cabeza-cuerpo (surco balanoprepucial), durante unos segundos​. Esta compresión moderadamente fuerte provoca que la erección disminuya ligeramente y aborta el reflejo eyaculatorio momentáneamente. Después de la compresión, se suelta, se espera ~30 segundos y se retoma la actividad sexual. Como con el stop-start, se puede repetir varias veces por sesión. La técnica del apretón reduce la sensibilidad en ese instante crítico y ayuda a “resetear” la inminencia eyaculatoria. Con práctica, muchos hombres logran identificar el momento justo para apretar antes de no poder detenerse. Masters & Johnson reportaron buenos resultados combinando esta técnica con terapia de pareja. Hoy se usa con variaciones: algunos aprietan la base del glande, otros los testículos suavemente hacia abajo; siempre con cuidado de no causar dolor intenso, solo la presión suficiente para sentir un leve “bajón” de excitación.
  • Masturbación controlada pre-coito: Consiste en masturbarte 1-2 horas antes de tener relaciones sexuales​. El objetivo es que cuando vayas a la segunda ronda con tu pareja, la urgencia eyaculatoria sea menor. Muchos hombres tienen un periodo refractario tras la primera eyaculación durante el cual les cuesta más trabajo volver a eyacular. Al aprovechar este efecto, la segunda eyaculación tarda más en llegar. Esta es una solución temporal (no “cura” nada a largo plazo) pero puede ayudar a brindar más tiempo en el acto sexual principal. Importante: no te mastubes justo inmediatamente antes del sexo, porque podrías perder las ganas o costarte recuperar la erección. Hazlo con suficiente antelación para poder excitarte de nuevo con tu pareja, pero aún beneficiarte de cierta desensibilización. Algunos terapeutas recomiendan esta técnica cuando se sabe que habrá un encuentro sexual importante (por ejemplo, parejas que se ven los fines de semana), para asegurar un mejor rendimiento.
  • Respiración profunda y relajación durante el sexo: Aprender a controlar la respiración puede ayudar a controlar la respuesta sexual. Cuando sientas que la excitación va en aumento rápido, concéntrate en respirar hondo, lento y rítmico desde el abdomen​. Inhala por la nariz profundamente y exhala por la boca suavemente. Esto activa el sistema parasimpático, que contrarresta la respuesta de estrés. Muchos hombres tienden a contener la respiración o hiperventilar cerca del orgasmo; en lugar de eso, practicar una respiración consciente puede demorarlo. Se sugiere ejercitar la respiración 10 minutos al día en un lugar tranquilo para acostumbrarse​. En el momento sexual, al enfocar la mente en la respiración también se desvía ligeramente la atención de las sensaciones apremiantes, ayudando a no sobre-estimularse mentalmente.
  • Cambios de ritmo y posición: Si notas que en cierta posición o ritmo de penetración te excitas demasiado rápido, cambia la postura o disminuye la velocidad. Por ejemplo, alterna entre movimientos profundos y superficiales, detente a besar o estimular a tu pareja de otras formas cuando sientas que te aproximas al clímax. A veces el simple hecho de pausar unos segundos dentro sin moverte y luego reiniciar lentamente puede prolongar bastante el tiempo. Comunícate con tu pareja para que ambos colaboren: por ejemplo, si ella está encima (posición de vaquera) y ves que pierdes control, pídele que se detenga o salga un instante y luego retomen. Estos “micro-descansos” pueden ser parte del juego sexual sin arruinar la atmósfera. Jugar con distintos ritmos también añade variedad y puede ser placentero para la pareja.
  • Distracción mental (con cuidado): Tradicionalmente se ha dicho que pensar en algo no erótico (p. ej., en fútbol, en problemas matemáticos, etc.) durante el sexo retrasa la eyaculación. Esto puede funcionar reduciendo la excitación mental, pero no es recomendable abusar de ello, porque distraerse demasiado puede conducir a perder la erección o a no disfrutar. Si vas a usar la distracción, que sea leve: por ejemplo, cambiar brevemente el foco de tu mente a un pensamiento neutro solo en el momento crítico para pasar ese pico, pero luego vuelve al presente erótico. Un método más moderno es practicar “mindfulness” sexual, que a diferencia de la distracción, consiste en estar muy presente en las sensaciones pero sin juzgarlas ni asustarse por ellas, aceptándolas y dejándolas fluir. Estudios recientes indican que el mindfulness entrenado (mediante meditación) ayuda a hombres con EP a reducir la ansiedad de rendimiento y prolongar el coito al estar más en control de sus sensaciones corporales.

Todas estas técnicas requieren práctica y paciencia. Al inicio puede que aún ocurran fallos, pero poco a poco se notan avances. Es útil involucrar a la pareja en estas prácticas, explicándole que se están realizando para mejorar y pidiéndole cooperación. Por ejemplo, la pareja puede realizar la compresión cuando se le indique, o estar atenta a detenerse cuando el hombre lo solicite sin frustración. De hecho, esto puede verse como parte del proceso erótico, no como algo “clínico”. Muchas parejas logran incluso que estos ejercicios sean divertidos, ya que agregan nuevos elementos a la relación sexual.

Terapia psicológica y sexológica

Dado que en la EP a menudo subyacen factores psicológicos, la terapia con un profesional de la salud mental especializado en sexualidad es sumamente beneficiosa. Algunas modalidades terapéuticas utilizadas son:

  • Terapia cognitivo-conductual (TCC): Es un tipo de terapia que busca cambiar patrones de pensamiento negativos y reacciones conductuales. En EP, la TCC ayuda al paciente a identificar y reestructurar creencias disfuncionales (“soy un fracaso”, “no puedo complacer a mi pareja”, “va a pasar lo peor”) y a reducir la ansiedad de anticipación. También enseña técnicas de manejo de ansiedad (relajación muscular, respiración, mindfulness como mencionamos) y suele acompañar las prácticas conductuales (Kegel, stop-start). Un psicólogo puede brindar un espacio seguro para hablar de las inseguridades sexuales, lo cual ya de por sí quita un peso de encima. Con sesiones semanales o quincenales, muchos hombres aprenden a afrontar el encuentro sexual con más calma y confianza, rompiendo el círculo vicioso de miedo y EP.
  • Terapia sexual focalizada en pareja: Si el hombre tiene pareja estable, se recomienda mucho incluir a la pareja en el proceso terapéutico. Un sexólogo puede dar indicaciones de ejercicios para la pareja (como las técnicas de pausa y compresión mencionadas) y mejorar la comunicación sexual entre ambos. Muchas veces la pareja también arrastra frustración o creencias erróneas (“ya no le gusto”, “lo hago mal”), y en terapia se abordan esos temas para fomentar empatía y apoyo mutuo. Se suele sugerir a la pareja que no culpe ni ridiculice, sino que se convierta en “coterapeuta”, celebrando los pequeños logros en vez de centrarse en los fallos. La terapia de pareja se enfoca en disminuir la presión sobre el coito penetrativo, explorando otras formas de intimidad (sexo oral, caricias) que reduzcan la obsesión por la penetración prolongada y mantengan satisfacción para ambos mientras se soluciona la EP. Esto quita presión de tiempo y paradójicamente facilita luego un coito más largo.
  • Psicoterapia individual (psicoeducación y profundidad): En algunos casos puede haber traumas sexuales o problemas emocionales profundos (abuso pasado, fuerte represión religiosa, etc.) que requieran un abordaje psicoterapéutico más largo y elaborado. Un terapeuta puede trabajar en sanar esas heridas y reprogramar asociaciones negativas ligadas al sexo. También puede ayudar a manejar problemas de autoestima o estados depresivos concomitantes. Parte de la terapia consiste en psicoeducación sexual: entender mejor la respuesta sexual humana, normalizar la EP (saber que es común y tratable), y aprender sobre el ciclo de respuesta de la pareja (por ejemplo, se le enseña al hombre formas de satisfacer a su pareja que no dependan solo de la penetración, para quitarse presión).
  • Técnicas de reducción de sensibilidad al rendimiento: Algunos terapeutas emplean estrategias como desensibilización sistemática, en la cual se expone gradualmente al paciente a situaciones íntimas cada vez más cercanas al coito, entrenándolo para mantener la calma. Por ejemplo, pueden sugerir una secuencia: inicialmente, solo masajes sin genitales con la pareja; luego estimulación genital breve pero sin coito; luego coito con condón grueso y retirada temprana; etc., aumentando poco a poco el desafío. Esto entrena a tolerar mayor excitación sin ansiedad, paso a paso​.

En general, la terapia sexológica tiene un alto índice de éxito cuando el paciente se compromete. Puede tomar algunas semanas a meses ver resultados óptimos, pero suele brindar herramientas duraderas que permanecen aun después de acabar las sesiones. De hecho, a menudo el objetivo es que el hombre adquiera las habilidades (físicas y mentales) para controlar su eyaculación de por vida, sin necesidad permanente de medicamentos.

Un aspecto fundamental que recalcan los especialistas es: la combinación de terapia psicológica y tratamiento médico produce mejores resultados que cualquiera por sí sola​. Por eso, veamos ahora las opciones médicas, que idealmente se usarán junto con las técnicas y terapia mencionadas.

Tratamientos médicos para la eyaculación precoz (medicación y dispositivos)

Cuando las medidas conductuales por sí solas no logran la mejoría deseada, o en casos de EP moderada a severa, entran en juego los tratamientos médicos. Estos pueden ser farmacológicos (pastillas, cremas, sprays) o incluso procedimientos físicos en ciertas situaciones. En 2025, los siguientes son los abordajes médicos más comunes:

1. Inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS) orales: Originalmente diseñados como antidepresivos, estos fármacos tienen como efecto secundario retrasar la eyaculación y prolongar el orgasmo. Se descubrió hace décadas que muchos hombres en tratamiento con ISRS tardaban mucho en eyacular, por lo que se empezaron a usar con el fin opuesto: ayudar a quienes se venían rápido.

  • Dapoxetina: Es el único medicamento aprobado específicamente para la eyaculación precoz hasta la fecha​. Se trata de un ISRS de acción corta: se toma a demanda (cuando se necesita) entre 1 y 3 horas antes de la relación sexual, y produce un aumento significativo del tiempo hasta la eyaculación​. Ensayos clínicos muestran que la dapoxetina puede multiplicar de 2 a 4 veces el IELT basal del paciente​. Por ejemplo, alguien que duraba 1 minuto podría pasar a 3-4 minutos con el fármaco. Su ventaja es que actúa rápido y se elimina rápido del organismo, con menos efectos acumulativos. Las dosis habituales son de 30 mg, pudiendo subir a 60 mg si es bien tolerada. Está disponible en muchos países (España, México, varios de Latinoamérica y Europa)​ bajo nombres comerciales como Priligy. Sus efectos secundarios suelen ser leves y transitorios, destacando náuseas, mareos, ligero insomnio o dolor de cabeza en algunos casos​. Son más probables la primera semana de uso y suelen disminuir luego​. Un punto a considerar es el costo, ya que al ser de patente es cara y no siempre cubierta por seguros; algunos pacientes la dejan por ese motivo​. Aun así, es una herramienta valiosa, sobre todo en EP primaria severa donde las técnicas por sí solas no bastan. Se puede usar durante un periodo para “entrenar” al cuerpo a durar más junto con terapia, y en ciertos casos después de un tiempo es posible suspenderla y mantener el progreso logrado.
  • Otros ISRS (paroxetina, sertralina, fluoxetina, escitalopram): Son antidepresivos que, administrados diariamente, también prolongan notablemente la duración del coito. La paroxetina, por ejemplo, en dosis bajas diarias ha demostrado poder alargar el IELT hasta 8 veces en algunos pacientes (es de los más potentes en este efecto)​. La sertralina y fluoxetina también se usan a dosis moderadas. Sin embargo, ninguno de ellos está oficialmente indicado para EP, así que su uso es off-label (bajo responsabilidad del médico y consentimiento informado). A diferencia de la dapoxetina, estos no se toman a demanda sino diario, tardando 1-2 semanas en hacer pleno efecto. Pueden ser útiles en pacientes que además tengan depresión o ansiedad, matando “dos pájaros de un tiro”. Sus efectos secundarios en general incluyen disminución de libido, posibles dificultades para orgasmo (en realidad eso es lo que buscamos en EP), somnolencia o insomnio, sequedad de boca, entre otros​. Muchos de estos efectos colaterales pueden manejarse o tienden a remitir con el tiempo. Los médicos a veces escogen un ISRS en particular según el perfil del paciente. Por ejemplo, paroxetina (10-20 mg/día) es muy eficaz en EP, pero tiende a causar más fatiga y disfunción eréctil en algunos; sertralina (50 mg/día) es otra opción con perfil intermedio; escitalopram (10 mg/día) o citalopram también se han probado. Lo importante es que su uso sea supervisado: no conviene automedicarse antidepresivos, y si se usan, debe evaluarse periódicamente necesidad de continuar o intentar retirada tras mejoras.
  • ¿Diario vs a demanda? Los estudios indican que los ISRS tomados a diario funcionan mejor para EP que tomados solo antes del sexo​ (excepto la dapoxetina que está diseñada para demanda). Pero algunos pacientes prefieren no medicarse a diario, sobre todo si tienen sexo esporádicamente. En tal caso, hay esquemas de tomar por ejemplo paroxetina unas 4-6 horas antes del coito, aunque su eficacia es menor que diario. El médico valorará qué estrategia seguir. A veces se combina un ISRS diario con la dapoxetina de apoyo a demanda si se requiere más efecto, aunque hay que vigilar los efectos sumatorios.
  • Duración del tratamiento: No está definido un tiempo exacto. Algunos hombres usan ISRS por unos meses hasta que con terapia logran controlar por su cuenta y luego los suspenden. Otros los usan de forma prolongada si los necesitan y los toleran bien. Se suele intentar retirarlos gradualmente tras 6-12 meses de buen control a ver si el aprendizaje conductual se mantiene. Sorprendentemente, hay casos donde tras usar ISRS un tiempo, el hombre “reaprende” y puede mantener latencias mayores aun sin medicación (posiblemente por aumento de confianza). Si recaen, pueden retomarse.
  • Tramadol: Es un analgésico opioide leve que curiosamente también retrasa la eyaculación. En dosis bajas (25-50 mg) unas 1-2 horas antes del sexo, algunos estudios encontraron que prolonga significativamente el tiempo. Sin embargo, no es de primera línea debido a que conlleva riesgo de dependencia (es un opioide) y efectos secundarios no deseables como náuseas, mareos e incluso disforia​. Se reserva a veces para casos resistentes donde ISRS no funcionaron o no se pueden usar. Dado su perfil, debe manejarse con mucha cautela. Hoy día, con la disponibilidad de dapoxetina y otros métodos, el uso de tramadol para EP es menos frecuente, pero existe como recurso. Nunca debe usarse sin supervisión médica.
  • Clomipramina: Es un antidepresivo tricíclico que también retrasa orgasmo, antes se usaba a dosis bajas para EP (25 mg/día). Fue prácticamente sustituido por los ISRS más seguros, aunque algunos pacientes que no toleran ISRS podrían usarlo. Tiene más efectos adversos anticolinérgicos (boca seca, somnolencia).

2. Anestésicos tópicos (sprays, cremas retardantes): Son productos que se aplican directamente en el pene para reducir su sensibilidad temporalmente, de modo que la estimulación tarde más en desencadenar la eyaculación. Suelen contener lidocaína, benzocaína o prilocaína, anestésicos locales de uso médico.

  • Cremas de lidocaína-prilocaína (EMLA): Se aplican sobre el glande y cuerpo del pene unos 15-30 minutos antes de la relación sexual, y luego se retiran (lavando) justo antes del coito para no adormecer la vagina de la pareja​. Estudios muestran que con el uso de estas cremas, el tiempo intravaginal puede aumentar a un promedio de ~8.5 minutos (versus ~1-2 min antes)​. Es un aumento notable. Sin embargo, requieren cierta planificación (aplicarlo con anticipación y ojalá usar condón después para no transferir restos). Pueden causar efectos secundarios locales: irritación, sensación de entumecimiento en el pene (que a algunos les resulta molesta) y en ocasiones ligera dificultad para mantener la erección debido a la menor sensibilidad​. Aún así, son muy útiles como tratamiento de apoyo o para usar en situaciones puntuales.
  • Sprays retardantes de absorción rápida: Existen sprays formulados específicamente para EP que se aplican en el pene y en tan solo 5-10 minutos hacen efecto sin necesidad de retirar​. Algunos contienen solo anestésicos (p.ej., lidocaína al 10%), otros combinan varios. Un producto de este tipo es el aerosol de lidocaína/prilocaína aprobado en Europa (nombre comercial Fortacin o TEMPE), el cual en ensayos incrementó el IELT basal hasta unas 6 veces de promedio​. Los sprays suelen ser más cómodos de usar que las cremas y provocan menos sensación de “suciedad”. Igual se recomienda usar preservativo para que la sustancia no cause adormecimiento vaginal en la pareja​, aunque algunos sprays modernos aseguran absorción cutánea rápida que minimiza la transferencia. Sus posibles efectos adversos son similares: ligero ardor al aplicar, reducción de sensibilidad excesiva (si se aplica de más), etc. En general, los hombres los toleran bien y los pueden usar a demanda.
  • Preservativos especiales: Otra variante son los condones con retardante, que traen benzocaína o lidocaína en su lubricante interno para desensibilizar un poco el glande. También los preservativos más gruesos (extra fuertes) pueden ayudar simplemente actuando como barrera de sensación. Si no se quiere usar cremas o sprays, probar con estos condones puede ser un primer paso sencillo. Reducen la sensibilidad menos que un anestésico directo, pero para EP leve podrían bastar.

En la práctica, los tópicos se pueden combinar con otros tratamientos. Por ejemplo, un hombre puede hacer terapia y tomar dapoxetina, y además usar un spray los días que quiera máxima duración. O alguien que no desea tomar pastillas podría optar por solo usar cremas/spray en encuentros sexuales. Estos productos son de venta libre en muchas farmacias (especialmente los condones retardantes y algunos sprays), pero es aconsejable comentarlo con el médico para escoger la opción adecuada y aprender el uso correcto. Importante: siempre probar primero una pequeña cantidad, porque algunas personas pueden tener alergia a la lidocaína/benzocaína.

Efectividad y consideraciones de los retardantes: Estas soluciones tópicas no “curan” la EP definitivamente, solo la manejan sintomáticamente. Son ideales como apoyo mientras se hacen terapias conductuales o en aquellos que por algún motivo no pueden usar tratamientos sistémicos. Un posible inconveniente es que disminuyen el placer del hombre al reducir la sensibilidad; hay quienes no se acostumbran a esta sensación “amortiguada”. También, si no se usan correctamente, pueden insensibilizar a la pareja causando que ella tampoco sienta igual (de ahí lo de retirarlos o usar condón). No obstante, bien empleados, pueden mejorar la satisfacción de ambos miembros porque prolongan el acto al punto deseado.

3. Inhibidores de la PDE5 (medicación para erección): Medicamentos como sildenafil (Viagra), tadalafil (Cialis) o vardenafil (Levitra) se usan para disfunción eréctil, pero se ha visto que en algunos hombres con EP (sobre todo si hay inseguridad sobre la erección) pueden ayudar. ¿Por qué? Porque al asegurar una erección firme y duradera, estos fármacos aumentan la confianza y reducen la ansiedad de desempeño, lo cual puede traducirse en mejor control eyaculatorio​. Además, algunos estudios sugieren que podrían prolongar ligeramente el tiempo de eyaculación al acortar el período refractario, permitiendo reanudar la actividad si ocurre una primera eyaculación. No son un tratamiento primario para EP, pero en hombres que presentan EP y algo de disfunción eréctil leve por ansiedad, funcionan muy bien como parte del plan. Por ejemplo, un urólogo podría recetar una dosis diaria baja de tadalafil (que dura 36 horas) para proporcionar seguridad al paciente de que su erección no fallará; al estar más tranquilo, es probable que aguante más. También se usan combinados con ISRS: la combinación paroxetina + sildenafil ha mostrado buenos resultados en EP con DE concomitante. Es fundamental el criterio médico aquí, ya que no por durar más erecto se garantiza tardar en eyacular, pero sí ataca el componente de miedo a fallar. Como siempre, hay que vigilar los efectos secundarios (cambios de presión, cefalea, rubor facial, etc., propios de estos medicamentos​).

4. Tratamiento hormonal: En casos contados, si se detecta una alteración hormonal significativa (por ejemplo, hipertiroidismo confirmado en exámenes), se tratará esa condición con el endocrinólogo (antitiroideos, etc.) y al resolverla suele mejorar la EP asociada​. Si hubiera hipogonadismo (testosterona muy baja) con EP, algunos andrólogos consideran terapia de reemplazo de testosterona, aunque la relación entre testosterona baja y EP no es directa. Esto se evalúa individualmente. No existen “hormonas para durar más” como tal; más bien se corrigen déficits si los hay.

5. Dispositivos y procedimientos innovadores: Además de fármacos, en años recientes han surgido aproximaciones físicas para la EP:

  • Dispositivo de entrenamiento con simulación (ej. MYHIXEL): Un avance interesante es el desarrollo de dispositivos tecnológicos que ayudan a entrenar el control eyaculatorio. Un ejemplo destacado es Myhixel, un dispositivo con forma de masturbador inteligente presentado recientemente (mostrado en ferias tecnológicas)​. Este aparato proporciona una sensación de penetración muy realista (incluye calor y distintos niveles de succión/vibración) y se sincroniza con una aplicación móvil con inteligencia artificial​. La app guía al usuario en un programa de entrenamiento de 8 semanas, registrando datos de sus sesiones de práctica (tiempos, movimientos) y adaptando los ejercicios mediante IA según su progreso​. La idea es gamificar el entrenamiento: la aplicación presenta retos (como “misiones espaciales” virtuales) para motivar a que el usuario aguante cada vez más antes de eyacular, con ejercicios cognitivo-conductuales integrados​. Myhixel tiene dos modos: MED (para quienes duran menos de 3 min, enfocado a aumentar el tiempo) y TR (para quienes tienen detonantes como ansiedad, enfocado a control mental)​i. Según la compañía, la combinación de dispositivo + app logró multiplicar hasta 7 veces el tiempo de aguante en sus pruebas​. Además, incorpora consejos de nutrición, deporte y da feedback en tiempo real. Este tipo de solución es muy nueva pero promete ser un complemento útil, especialmente para jóvenes habituados a la tecnología que prefieren un abordaje discreto en casa. Desde luego, tiene un costo y requiere adherencia al programa. No reemplaza la terapia, pero podría potenciarla. En resumen, la tecnología y la IA están entrando al terreno de la salud sexual, ofreciendo entrenamientos personalizados y lúdicos para vencer la EP.
  • Estimulación magnética del suelo pélvico (silla EMSELLA): Se trata de un dispositivo médico utilizado inicialmente para incontinencia urinaria que aplica campos electromagnéticos de alta intensidad para provocar contracciones musculares pélvicas masivas (equivalentes a miles de Kegels en una sesión). El paciente se sienta vestido en la silla EMSELLA, y el aparato estimula todo el piso pélvico fortaleciendo sus músculos​. Clínicas urológicas han empezado a usarla para hombres con EP, bajo la premisa de que un suelo pélvico fortalecido mejora la continencia eyaculatoria igual que la urinaria. Es un tratamiento no invasivo, indoloro y sin necesidad de esfuerzo por parte del paciente. Típicamente son sesiones de 20-30 minutos, 2 veces por semana durante unas semanas. Aún se investiga su efectividad específica en EP, pero reportes iniciales son prometedores, indicando mejor control y también beneficios en erección y orgasmo​. Puede ser una opción en clínicas que dispongan de esta tecnología, especialmente para quienes tienen dificultad haciendo Kegels por su cuenta o quieren resultados más rápidos en ese aspecto.
  • Cirugía de desensibilización (neurotomía selectiva): En casos extremadamente resistentes donde nada más funciona y la EP es severa y de por vida, se ha explorado la cirugía para cortar selectivamente algunos nervios sensitivos del pene, reduciendo su sensibilidad de forma permanente​. Esta operación, llamada neurectomía dorsal del pene, busca seccionar ramas del nervio dorsal que transmiten sensibilidad del glande, con cuidado de no afectar la función eréctil y otras sensaciones​. Los resultados han sido mixtos: algunos pacientes logran mejorar su IELT notablemente​, pero otros no tanto. Además, conlleva riesgos de entumecimiento excesivo (perder sensibilidad placentera)​ o parestesias raras. Dado que es irreversible e invasiva, actualmente no se recomienda de rutina​; solo podría considerarse en individuos muy seleccionados y dispuestos, tras agotar tratamientos convencionales. Otra técnica en investigación es la crioablación percutánea de estos nervios (congelarlos para inhabilitarlos), pero igualmente falta evidencia sólida​.
  • Inyección de ácido hialurónico en el glande: Este es un tratamiento novedoso menos invasivo que la cirugía. Consiste en inyectar gel de ácido hialurónico (una sustancia de relleno usada en estética) bajo la piel del glande para crear una pequeña capa acolchada que disminuye la sensibilidad del glande​. Al engrosar ligeramente el tejido subcutáneo, los receptores nerviosos quedan más “aislados” de la superficie, elevando el umbral de estimulación necesario para eyacular​. Se realiza con anestesia local en consultorio; tras la inyección puede haber algo de inflamación que cede en días. Los estudios reportan resultados alentadores: muchos pacientes experimentan un aumento significativo en su tiempo intravaginal tras el procedimiento​. La mejora puede durar varios meses, ya que el ácido hialurónico eventualmente es reabsorbido, por lo que podrían requerirse retoques periódicos​. Los efectos secundarios suelen ser locales y temporales: edema, pequeñas irregularidades o nódulos palpables que luego se acomodan​. Es relativamente seguro si lo realiza un especialista (normalmente un urólogo o dermatólogo entrenado en este tratamiento). La ventaja es que no afecta la función eréctil ni otras sensaciones como temperatura o tacto leve​, solo reduce un poco la sensibilidad erótica intensa. Cada vez más clínicas de andrología ofrecen esta técnica a pacientes con EP resistente a terapia médica convencional, como alternativa antes de pensar en cirugía.

En cuanto a nuevos fármacos en investigación: se siguen estudiando compuestos que actúen en diferentes vías, por ejemplo moduladores del receptor de oxitocina (la oxitocina se cree que acelera la eyaculación en la fase de orgasmo, así que antagonistas podrían retrasarla). Hubo ensayos con un fármaco llamado cligosibán (antagonista de oxitocina), aunque resultados preliminares no mostraron eficacia sobresaliente. También se ha investigado el uso de modafinilo (un estimulante para narcolepsia) con resultados mixtos​.

Un hallazgo interesante es el uso de silodosina, un alfa-bloqueador para la próstata: un estudio de 2017 encontró que hombres que la tomaban por hiperplasia prostática reportaron eyaculaciones mucho más tardías​. La silodosina relaja el músculo del conducto deferente, interfiriendo con la expulsión de semen, lo cual podría ser aprovechado para EP; pero igualmente causa efectos secundarios (a menudo provoca “orgasmo seco” o dificultad para eyacular, que es justo lo que se buscaría en EP). Todavía no hay un nuevo “fármaco milagro” específico, pero es un campo activo de investigación.

Recapitulando tratamientos: La estrategia habitual es empezar por lo menos invasivo (terapia, técnicas) e ir añadiendo fármacos si es necesario. La combinación suele ser lo más efectivo: por ejemplo, muchas guías recomiendan un ISRS oral + terapia sexual concurrente​. Esto ataca tanto la causa física (neuroquímica) como la psicológica, resultando en mejoras sustanciales para un alto porcentaje de pacientes. De hecho, estudios han demostrado que la satisfacción del paciente y su pareja es mayor con tratamientos combinados que con solo pastillas o solo terapia​.

¿Cuánto se tarda en ver resultados? Con técnicas conductuales, algunos ven progreso en pocas semanas (p.ej., duplican su tiempo en un mes), otros tardan un par de meses de práctica constante para cambios significativos. Con fármacos, el efecto puede ser rápido (dapoxetina la primera toma ya ayuda; ISRS diarios en 1-2 semanas). Entonces, combinando, muchas parejas notan mejoras notables alrededor del primer mes de tratamiento integral. Alcanzar un control “óptimo” (durar lo que se desee sin ansiedad) puede tomar de 3 a 6 meses en promedio, dependiendo del caso. Es importante ser paciente y constante: abandonar prematuramente porque en 2 intentos no mejoró sería un error, hay que darle tiempo al cuerpo y mente para reconfigurarse.

Recomendaciones durante el tratamiento: Mientras se está en proceso de mejorar la EP, se aconseja:

  • Evitar o moderar alcohol y drogas, pues interfieren con los avances (el alcohol puede anular el efecto de un ISRS o arruinar el intento de técnicas si hay embriaguez).
  • No consumir estimulantes antes del sexo (mucha cafeína, energizantes) para no contrarrestar la relajación lograda.
  • Mantener los hábitos saludables: ejercicio regular, buena dieta, buen sueño, que complementan la terapia.
  • Involucrar a la pareja en lo posible, para que sea un trabajo en equipo y no un motivo de presión.
  • Tener expectativas realistas: quizás no se pase de 1 a 15 minutos en una semana, pero cada pequeño progreso (por ejemplo lograr 2 minutos cuando antes era 30 segundos) es un paso en la dirección correcta. Celebrar esos avances ayuda psicológicamente.
  • Si se está utilizando medicación, seguir estrictamente las indicaciones (no suspender de golpe un ISRS diario sin consultar, no mezclar con alcohol en exceso, etc.). Y comunicar al médico cualquier efecto adverso molesto para ajustar dosis.
  • Apoyarse en fuentes confiables de información (como este artículo o profesionales) y evitar foros alarmistas o pseudociencia, ya que abundan “remedios milagro” en internet sin fundamento.

Con el tratamiento adecuado, más del 90% de los casos de eyaculación precoz pueden mejorar considerablemente​, llegando muchos hombres a mantener relaciones sexuales satisfactorias y prolongadas. La clave es no resignarse y buscar ayuda profesional, porque las soluciones existen.

Últimos avances científicos e innovaciones en el tratamiento (2025)

El campo de la salud sexual masculina está en constante evolución. En los últimos años ha habido avances interesantes en la comprensión y manejo de la eyaculación precoz:

  • Nuevas investigaciones genéticas y neurobiológicas: Científicos han profundizado en las bases biológicas de la EP. Se han identificado ciertos polimorfismos genéticos asociados a EP primaria, especialmente en genes relacionados con la serotonina (como el transportador 5-HTT). Esto confirma que hay una predisposición hereditaria en muchos casos y abre la puerta a futuros tratamientos personalizados dirigidos a esos mecanismos. También estudios de neuroimagen han mostrado diferencias en la activación cerebral de hombres con EP vs sin EP durante la estimulación sexual, hallando por ejemplo hiperactivación de áreas de excitación y menor control cortical. Entender mejor qué sucede en el cerebro durante la EP podría permitir desarrollar terapias neuromoduladoras (incluso neurofeedback o entrenamiento cerebral) para mejorar el control.
  • Terapias combinadas optimizadas: Las guías modernas enfatizan combinar tratamientos. Un avance reciente es establecer protocolos de corto plazo muy efectivos, por ejemplo: terapia cognitivo-conductual intensiva de 6 semanas + dapoxetina a demanda, con seguimiento telefónico semanal. Estudios han reportado que estos programas integrales logran en pocas semanas mejoras equivalentes a meses de tratamiento fragmentado. La telemedicina también se está usando: sesiones de terapia sexual por videollamada, aplicaciones de seguimiento de progreso, etc., lo que facilita que más hombres accedan a tratamiento sin barreras geográficas o de vergüenza.
  • Mayor disponibilidad de dapoxetina en el mundo: Desde que se aprobó en varios países de América Latina (ej. México, Argentina, Chile, Uruguay) y Europa, la dapoxetina se ha vuelto más accesible. Esto ha permitido su uso amplio y realimentación sobre su eficacia. Aunque la FDA en EE.UU. aún no la aprueba, se espera que eventualmente lo haga dado su perfil. La experiencia acumulada indica que es eficaz en un porcentaje significativo y con buena tolerabilidad, consolidándose como una herramienta estándar en EP.
  • Silodosina y otros medicamentos fuera de etiqueta: La silodosina (fármaco urológico para la próstata) ha capturado interés como potencial tratamiento de EP tras estudios que mostraron prolongación del IELT​. Algunas clínicas ya han empezado a recetarla en casos selectos de EP, en dosis bajas, aprovechando su efecto de inhibir la eyaculación (de hecho, en hipertrofia de próstata a veces su efecto adverso es la eyaculación retardada o incluso ausencia de semen en la eyaculación por bloqueo de salida). Se están realizando ensayos controlados para determinar dosis óptimas y seguridad en población joven sin problemas prostáticos. Si los resultados son buenos, podría sumarse como opción terapéutica (quizá no principal, pero sí alternativa). Igualmente, se investiga si combinaciones de medicamentos (por ejemplo, ISRS + pequeñas dosis de benzodiacepinas para reducir ansiedad) pueden mejorar aún más los resultados.
  • Terapias focales como la neuromodulación: Además de la silla EMSELLA ya mencionada, se está explorando el uso de estimulación magnética transcraneal (EMT) dirigida a áreas corticales involucradas en el control eyaculatorio, con la idea de modular la excitabilidad neuronal. Esto está todavía en fases experimentales, pero no es descabellado pensando que la EMT ya se usa en depresión y dolor. También, la estimulación eléctrica perineal (electroestimular nervios pudendos) se estudia para ver si puede “entrenar” la respuesta sexual. Por ahora, son líneas de investigación.
  • Educación sexual y programas públicos: Varios países han empezado a incluir la discusión de disfunciones sexuales (incluida EP) en programas de salud pública y educación sexual para quitar el estigma. Por ejemplo, se han lanzado campañas en redes sociales y plataformas de salud para informar a la población joven que la EP es común y tratable, animando a buscar ayuda en lugar de ocultarla. La teleconsulta con especialistas en sexualidad se ha vuelto más común post-pandemia, lo que facilita que hombres desde cualquier lugar consulten a expertos sin tanta pena. Todo esto augura que más hombres reciban tratamiento temprano y no sufran en silencio.
  • Expertos y clínicas especializadas: Se han ido consolidando centros de excelencia en medicina sexual donde trabajan líderes en este campo. Por ejemplo, la Clínica Andromedi en España, dirigida por el Dr. Natalio Cruz, ha sido pionera en aplicar tratamientos combinados y en introducir innovaciones como la inyección de ácido hialurónico y dispositivos tipo Myhixel en su práctica​. Internacionalmente, grupos de investigación liderados por expertos como el Dr. Marcel Waldinger (quien en paz descanse, dejó un legado enorme en este tema), el Dr. Chris McMahon en Australia, el Dr. Emmanuele Jannini en Italia (descubridor de la relación tiroides-EP), o el Dr. Sergey Semenov en Rusia (trabajando en neuromodulación), han impulsado el conocimiento actual. También en Latinoamérica, nombres como el Dr. David Barrios (México) o el Dr. Eduard García Cruz (España) son reconocidos urólogos que publican sobre EP y comparten casos exitosos con nuevas técnicas.

En pocas palabras, la tendencia en 2025 es hacia tratamientos más integrales, personalizados y apoyados en tecnología, con un creciente entendimiento científico de la eyaculación precoz. Si bien aún no existe una “cura instantánea” (y probablemente no la haya, dado que es multifactorial), nunca antes hubo tantas opciones para abordarla y con tan alta tasa de éxito. El futuro promete incluso más refinamiento: imaginemos apps que monitoreen la frecuencia cardíaca y respiración durante el sexo para avisar al usuario que baje el ritmo, o medicamentos de nueva generación más específicos y con menos efectos secundarios. Por ahora, lo importante es aprovechar lo que tenemos y saber que la eyaculación precoz tiene solución en la gran mayoría de los casos con las herramientas actuales.

Expertos internacionales destacados en el tratamiento de la eyaculación precoz

A lo largo de la historia reciente, varios médicos y especialistas en sexología han hecho contribuciones clave para entender y tratar la EP. Mencionar algunos no solo es un reconocimiento, sino que nos permite conocer enfoques avalados por autoridades en la materia:

  • Dr. William Masters y Virginia Johnson (EE.UU.): Este dúo pionero de la sexualidad humana en los años 1960-70 fue de los primeros en ofrecer una terapia efectiva para la EP. Desarrollaron la famosa técnica del “squeeze” (compresión) y protocolos de terapia de pareja que lograron altas tasas de éxito. Su trabajo sentó las bases de la terapia sexual moderna. Ellos enfatizaban la comunicación de pareja y la práctica guiada, y demostraron que la EP podía tratarse sin fármacos, algo revolucionario en su época​.
  • Dr. Marcel D. Waldinger (Países Bajos): Considerado por muchos el mayor investigador de EP de la era moderna. Condujo estudios epidemiológicos que definieron el criterio de 1 minuto para EP primaria basado en mediciones con cronómetro​, y exploró la respuesta a tratamientos. Descubrió la influencia genética (polimorfismo del transportador de serotonina) y publicó numerosos trabajos científicos. Propuso la clasificación de subtipos de EP (lifelong, acquired, natural variable, subjective) aceptada hoy​. Además, investigó la preferencia de pacientes por tratamientos diarios vs a demanda​. Fue uno de los impulsores del uso de dapoxetina, participando en ensayos clínicos. Su legado es enorme en la literatura médica sobre EP.
  • Dr. Patrick J. Carnes (EE.UU.): Reconocido terapeuta sexual y experto en adicciones sexuales. Si bien es más conocido por trabajar en adicción al sexo, ha aportado al tratamiento psicológico de EP al abordar el papel de la masturbación compulsiva y la pornografía en la disfunción sexual. Sus programas integrales de rehabilitación sexual incluyen técnicas para re-condicionar la respuesta sexual, lo cual ha beneficiado a pacientes con EP derivada de hábitos pornográficos excesivos.
  • Dr. Emmanuele A. Jannini (Italia): Endocrinólogo y andrólogo, profesor de la Universidad de Roma Tor Vergata. Fue el primero en publicar la correlación entre hipertiroidismo y eyaculación precoz en 2006, mostrando que tratar el hipertiroidismo curaba la EP en esos pacientes​. También ha investigado factores endocrinos y neurobiológicos relacionados con la EP, y forma parte de comités internacionales que elaboran guías de tratamiento. Su trabajo interdisciplinario (endocrinología + sexología) ha ayudado a que urólogos tomen en cuenta pruebas tiroideas y hormonales en la evaluación de EP.
  • Dr. Frans M. J. Debruyne (Países Bajos): Un urólogo de renombre que participó en múltiples ensayos de terapias farmacológicas para EP. Fue de los primeros en probar la eficacia de paroxetina diaria para EP en los 90s, publicando resultados positivos que llevaron a su uso clínico extendido. Ayudó a legitimar el manejo farmacológico de la EP dentro de la urología, en tiempos donde no todos los urólogos aceptaban recetar antidepresivos para un problema “funcional”.
  • Dr. Luis García (España) y Dr. Carlos Balmori (México): Son nombres destacados en el mundo hispanohablante. El Dr. Luis García (pseudónimo de un conocido sexólogo español) ha escrito extensamente sobre EP en lenguaje accesible para pacientes, aportando a la divulgación. El Dr. Carlos Balmori, urólogo mexicano, es reconocido por su experiencia en disfunciones sexuales, habiendo ayudado a introducir tratamientos modernos de EP en México (como la dapoxetina tras su aprobación, y las terapias combinadas).
  • Dr. Francois Peinado (España): Urólogo andrólogo del Hospital Ruber Juan Bravo en Madrid, autor de los blogs de salud masculina de Quirónsalud​quironsalud.com. Ha publicado artículos y guías para pacientes sobre EP, detallando las últimas novedades (por ejemplo, sus blogs abordan desde las cremas retardantes hasta la neurotomía dorsal con objetividad). Es uno de los profesionales que ofrecen la inyección de ácido hialurónico en España y contribuye a difundir las opciones de tratamiento en foros y medios, aumentando la conciencia pública.
  • Dr. Antonio Rafael (Natalio) Cruz (España): Andrólogo y director de la Clínica Andromedi (Sevilla y Madrid). Además de tratar numerosos casos, ha sido activo en la investigación y difusión de avances (por ejemplo, su clínica fue de las primeras en hablar de la terapia combinada al 100% personalizada y de dispositivos como MYHIXEL). Participa en congresos internacionales compartiendo su experiencia práctica y resultados, y es referencia para muchos colegas en el mundo hispano.
  • Otros expertos notables: Dr. Stanley Althof (EE.UU., psicólogo sexual, coautor de las definiciones ISSM de EP), Dr. Hartmut Porst (Alemania, urólogo que participó en ensayos de dapoxetina), Dr. Chris McMahon (Australia, expresidente de la International Society for Sexual Medicine, con múltiples publicaciones en EP), Dr. Anil Kumar (India, prolífico en investigar remedios ayurvédicos y su impacto en EP combinados con medicina occidental), entre otros.

Cada uno de estos especialistas ha contribuido con alguna pieza: una técnica, un estudio, un tratamiento o simplemente con la formación de otros profesionales. Gracias a sus esfuerzos conjuntos, hoy entendemos la eyaculación precoz mucho mejor que hace unas décadas y disponemos de un arsenal terapéutico amplio.

Preguntas frecuentes sobre la eyaculación precoz (FAQ)

❓ ¿La eyaculación precoz tiene cura definitiva?Depende del caso. Muchos hombres logran solucionar el problema de forma permanente mediante terapia y/o tratamiento médico, manteniendo un buen control eyaculatorio aun después de suspender medicación. En otros, puede requerir manejo prolongado (por ejemplo, usar de vez en cuando un spray o recurrir a terapia si reaparece la ansiedad). No existe una “cirugía mágica” que cure a todos, pero con el enfoque correcto la gran mayoría mejora tanto que la EP deja de ser un problema en su vida​. Se puede considerar que está “curado” aquel que ya no cumple criterios de EP (puede controlar su eyaculación y no tiene angustia por ello). Las tasas de éxito bien llevadas superan el 90%. Si persisten algunas dificultades, se pueden manejar con tratamientos de mantenimiento.

❓ ¿Qué médico trata la eyaculación precoz? – Por lo general, los urólogos (especialmente con subespecialidad en andrología o medicina sexual) son quienes diagnostican y recetan tratamientos médicos para EP. Los sexólogos clínicos (que pueden ser psicólogos o médicos con formación en terapia sexual) abordan la parte conductual y psicológica. Lo ideal es un abordaje conjunto. Si no sabes a quién acudir inicialmente, un urólogo es un buen punto de partida, o un médico general que te derive. En plataformas como TopDoctors suelen listarse urólogos y sexólogos especializados en eyaculación precoz.

❓ ¿La masturbación antes del sexo siempre ayuda a durar más? – Masturbarse una o dos horas antes puede ayudar a algunos hombres (segunda ronda más lenta)​, pero no es infalible. En algunos, la primera eyaculación los deja algo cansados o con menos erección después. Es cuestión de probar; si ves que te funciona (llegas más tranquilo al acto sexual y tardas más en la segunda eyaculación), puedes usar esa estrategia puntualmente. Sin embargo, no se recomienda como única solución a largo plazo, porque no entrena un control real, solo aprovecha un efecto refractario temporal. Úsala como complemento mientras trabajas en otras técnicas.

❓ ¿Los ejercicios de Kegel realmente funcionan para EP? – Sí, hay evidencia de que los Kegel pueden mejorar significativamente la duración. En un estudio, más del 50% de hombres con EP que hicieron ejercicios de suelo pélvico durante 3 meses lograron normalizar su tiempo de eyaculación​. Fortalecer el músculo PC da más capacidad de contención. La clave es hacerlos correctamente y con constancia diaria. Sus beneficios suelen notarse a las 4-8 semanas de entrenamiento. Además, mejoran las erecciones y la continencia urinaria, o sea que tienen múltiples ganancias.

❓ ¿Los retardantes (sprays, cremas) pueden usarse siempre o son solo temporales? – Pueden usarse de forma continua siempre que funcionen para ti y no causen problemas. No generan dependencia física ni empeoran la EP por usarlos (de hecho, puede que usando retardantes durante un tiempo te acostumbres a coitos más largos y luego puedas sin ellos). Algunos hombres los usan de por vida en cada relación sexual porque así se sienten seguros – esto es válido. Otros los usan al inicio del tratamiento y luego ya no los necesitan. Lo importante: seguir instrucciones para minimizar la transferencia a la pareja y no excederse en cantidad (para no adormecerlo todo). Si notas irritación o que no te gustan las sensaciones con el retardante, coméntalo con tu médico para ajustar la estrategia.

❓ ¿La circuncisión mejora la eyaculación precoz? – No está claro. Hay estudios contradictorios. Algunos hombres circuncidados reportan poder aguantar un poco más por tener el glande más queratinizado (menos sensible)​, pero no es garantía y no se recomienda circuncidar a alguien solo para tratar EP, ya que es un procedimiento irreversible y los resultados no son seguros​. Solo se consideraría si hay indicación médica de circuncisión por otros motivos (fimosis, etc.), y como posible beneficio adicional podría reducir algo la sensibilidad. Pero no es la solución estándar. Muchas personas con EP son circuncidadas y aún así tienen el problema, así que no es el factor determinante.

❓ ¿Qué pasa si nada funciona en mi caso? – Primero, eso es raro: revisa si has probado adecuadamente todas las opciones (terapia con profesional especializado, diferentes fármacos y técnicas). A veces lo que falla es la adherencia o la guía correcta, más que el tratamiento en sí. Si realmente has agotado todo sin éxito, existen los procedimientos avanzados que mencionamos: puedes consultar sobre la inyección de ácido hialurónico en glande (menos invasivo)​, o en última instancia cirugías de neurotomía dorsal​ (aunque pocos las realizan y con cautela). Además, asegúrate de buscar una segunda opinión con otro especialista; diferentes médicos pueden tener enfoques distintos y tal vez alguno encuentre algo que se pasó por alto (por ejemplo, un problema tiroideo subclínico, o una técnica no probada aún contigo). La ciencia avanza, así que podría aparecer una nueva opción. Pero insistimos: la mayoría de “fracasos” se deben a abandonar prematuramente o a no abordar el componente psicológico. Un caso tozudo suele requerir combinar TODO: terapia intensiva + medicación + apoyo de pareja sin fisuras.

❓ ¿La eyaculación precoz puede volver después de curada? – Puede reaparecer en situaciones de mucho estrés o cambios en la vida. Por ejemplo, un hombre que superó su EP, años después inicia una nueva relación y por nervios vuelven algunos episodios. O si deja de hacer los hábitos saludables y recae en ansiedad. Sin embargo, suele ser más fácil manejarla una segunda vez porque ya conoces las técnicas que te funcionaron. Piensa en ello como algo que se mantiene bajo control, similar a controlar la hipertensión con estilo de vida: si descuidas hábitos, puede subir la presión de nuevo. Pues con EP, si descuidas tu salud mental o sexual, puede asomar de nuevo. Por eso muchos pacientes guardan herramientas: saben que si en algún momento andan más ansiosos pueden volver a hacer Kegels o tomar dapoxetina en un periodo difícil. La idea es quitarle el dramatismo: si vuelve en algún momento, se vuelve a tratar y listo. No significa que todo el progreso se perdió; simplemente hay que reforzar lo aprendido.

❓ ¿Afecta la eyaculación precoz la satisfacción de la mujer siempre? – No necesariamente si se compensan por otras vías. Es cierto que muchas mujeres disfrutan de penetraciones de cierta duración y con EP esto puede verse truncado. Pero si el hombre con EP se esmera en estimular a su pareja por otros medios (sexo oral, manual, juguetes, etc.) antes o después de la penetración, la mujer puede alcanzar orgasmos y quedar satisfecha a pesar de que la penetración haya sido breve. De hecho, sexólogos recomiendan quitar el foco de “todo gira en torno al coito” y explorar la sexualidad de forma más amplia. Muchos casos de EP pasan de ser un gran problema a algo manejable cuando la pareja descubre que pueden tener encuentros placenteros igualmente (por ejemplo, el hombre lleva a su pareja al orgasmo con caricias primero, luego penetra y eyacula rápido pero ya la pareja estaba satisfecha, y terminan acurrucados felices). Claro, lo ideal es mejorar la duración, pero mientras ocurre, hay formas de mantener una vida sexual satisfactoria. En términos de fertilidad, como comentamos, la EP solo impediría embarazo si la eyaculación ocurre fuera de la vagina; mientras ocurra dentro, la mujer puede quedar embarazada incluso si el coito fue corto.

❓ ¿Es recomendable usar dos preservativos para durar más? – No. Usar doble condón no duplica el efecto retardante, más bien es arriesgado porque aumenta la fricción entre ellos y pueden romperse ambos. Para reducir sensibilidad, es preferible un solo preservativo grueso o retardante. También evitar condones “ultra sensibles” que son más finos. Pero jamás ponerse dos a la vez.

❓ ¿Los afrodisíacos o hierbas “milagrosas” funcionan? – Hay suplementos naturales que claman ayudar en EP, desde raíces exóticas hasta brebajes. En general, no hay evidencia sólida de que alguna hierba por sí sola cure la EP. Algunas pueden tener efecto relajante (valeriana, kava, ashwagandha) que reduciría ansiedad, o efecto energizante (ginseng) que mejora ánimo, pero su impacto es modesto comparado con tratamientos establecidos. La hierba de San Juan (hipérico) por ejemplo retrasa algo la eyaculación pero también tiene interacciones y efectos, no se recomienda sin supervisión​. Siempre consulta antes de tomar suplementos. Eso sí, ciertos nutrientes como zinc, magnesio y aminoácidos (L-arginina, 5-HTP) pueden contribuir a la salud sexual global. Un multivitamínico no hace daño, pero tampoco esperes que resuelva la EP por sí mismo.


Conclusión

La eyaculación precoz puede ser un problema desafiante y frustrante, pero no estás solo: es extremadamente común y, lo más importante, tiene solución. En 2025 disponemos de un conocimiento profundo del tema y de un abanico de tratamientos efectivos que combinan cambios en el estilo de vida, técnicas conductuales, apoyo psicológico y avances médicos. Cada caso es único, por lo que el mejor abordaje es aquel adaptado a tus necesidades específicas, idealmente guiado por profesionales en salud sexual. Con paciencia, constancia y la ayuda adecuada, es posible superar la eyaculación precoz y disfrutar de una vida sexual plena, con confianza renovada y mejor calidad en tus relaciones íntimas.

Si sufres de eyaculación precoz, no dudes en buscar ayuda médica especializada. Abordar el tema abiertamente es el primer paso hacia la mejoría. Recuerda que tu valor como persona no se mide en minutos, y que con las estrategias correctas, puedes retomar el control de tu sexualidad.

Fuentes científicas y médicas utilizadas

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